Todos los derivados del tabaco, como los cigarrillos electrónicos y vapeadores, han ganado popularidad en los últimos años como alternativas al tabaco tradicional. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos productos también conllevan riesgos para la salud. Aunque se promocionan como una opción más segura que fumar cigarrillos convencionales, numerosos estudios han demostrado que los dispositivos de vapeo pueden ser muy perjudiciales. Los cigarrillos electrónicos y vapeadores funcionan calentando líquidos como el propilenglicol que contienen nicotina, otros productos químicos y sabores.
La prevalencia del uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores ha aumentado significativamente en varios países, incluyendo España. Según el último estudio realizado por el Ministerio de Sanidad en 2019, aproximadamente el 3,5% de la población española de 15 a 64 años había utilizado cigarrillos electrónicos en los últimos 30 días. Este dato muestra un incremento en comparación con años anteriores y refleja la creciente popularidad de estos dispositivos entre los jóvenes y adultos.